CO2

La biomasa vegetal es la materia creada por las plantas como resultado del aprovechamiento de la energía solar, de los gases atmosféricos y de los nutrientes minerales existentes en el suelo en un proceso denominado fotosíntesis. Por esta razón, la biomasa, si es utilizada dentro de un ciclo continuo de producción-utilización, constituye un recurso energético renovable y respetuoso con el medio ambiente.

      Por cada tonelada de madera se han retirado el doble de toneladas de CO2 atmosférico. La madera que utilizan nuestras calderas permite aprovechar ese carbono fijado en la madera ayudando a completar el ciclo del carbono y no incorporando nuevas emisiones al ser carbono que fue retirado de la atmósfera (a diferencia que el de los combustibles tradicionales). 

La madera es un almacén energético constituido por el carbono atmosférico fijado por las plantas mediante el aprovechamiento de la energía solar en la fotosíntesis. 

 

Esto significa que su empleo no contribuirá al aumento del efecto invernadero, ya que en el proceso de combustión, el CO2 que se libera, es el mismo CO2 que la planta absorvió o retiró de la atmósfera para su proceso de crecimiento.

Por tanto;  no estamos hablando de un aporte  de CO2 externo (que antes estaba enterrado y no en la atmosfera) como el que se produce cuando se utilizan combustibles fósiles.     

Por tanto;  no estamos hablando de un aporte  de CO2 externo (que antes estaba enterrado y no en la atmosfera) como el que se produce cuando se utilizan combustibles fósiles.     

 El empleo de madera y derivados (astilla, pellets, hueso de aceituna…) supone la emisión de una cantidad de carbono que está en equilibrio con la Naturaleza y la reducción de emisiones de gases sulfurados y nitrogenados (SOx,NOx). Y sobretodo un ahorro económico al al ser el mercado de la madera mucho más estable que el de los hidrocarburos. 

 La gente no la usa, dicen los expertos, porque no la conoce.